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Cáncer de vejiga: información previa

Información básica sobre la vejiga

La vejiga es un órgano que se encuentra en la región inferior de la pelvis y tiene la función principal de almacenar la orina y expulsarla. La orina es un líquido de desecho que fabrican los riñones y que llega a la vejiga tras atravesar los uréteres. Al miccionar, los músculos de la vejiga se contraen y la orina se expulsa desde la vejiga hacia el exterior a través de la uretra. Una vejiga sana realiza este proceso de manera rutinaria sin impedimentos y orinamos varias veces al día sin problema.

¿Qué es el cáncer de vejiga?

La pared vesical cuenta con varias capas, cada una de ellas formada por células de distinto tipo. La mayoría de los cánceres de vejiga comienzan en la capa más interna del revestimiento vesical. Si el cáncer se desarrolla, puede ir creciendo desde allí y atravesar las demás capas de la pared vesical. Cuanto más crece y más capas atraviesa, más avanzado se vuelve y se considera de un estadio superior, que a su vez lo volverá más difícil de tratar. Si continúa creciendo, incluso extendiéndose más allá de la vejiga hasta llegar a otras zonas, puede alcanzar los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo. Por ello, se establece una diferenciación clara entre los distintos cánceres de vejiga en función de cuánto se han extendido dentro de la pared vesical.

Distinción importante: cáncer de vejiga invasivo frente a no invasivo

El cáncer de vejiga se suele describir en función de cuánto se haya propagado por la pared vesical y normalmente se lo denominará invasivo o no invasivo. Los cánceres no invasivos quedan restringidos a la capa interior de células, cuando no se han extendido hasta otras capas. Estos tumores, al igual que todos los de carácter invasivo que no han llegado a la capa muscular principal de la vejiga, en ocasiones también se denominan superficiales o no invasivos de músculo. Los cánceres invasivos son los que llegan a capas más profundas de la pared vesical y tienen más probabilidades de continuar propagándose, además de ser más difíciles de tratar.

¿Cuáles son las causas y los factores de riesgo del cáncer de vejiga?

Los factores de riesgo de enfermedades como el cáncer pueden influir en las posibilidades de presentarlo, pero no son garantía de nada. Hay diferentes cánceres que tienen distintos factores de riesgo, algunos de los cuales pueden modificarse o mejorar, mientras que otros no. Por ejemplo, llevar un estilo de vida saludable, mantener un peso corporal adecuado y no fumar son factores que están bajo nuestro control. Sin embargo, la edad y los antecedentes familiares no lo están.

Incluso sabiendo que los factores de riesgo relacionados con el cáncer no son una garantía de lo que pueda ocurrir, continúa siendo importante ser consciente de ellos, porque así podrás pedir una revisión en caso de que notes algún cambio, pero también puedes reducir el riesgo de presentarlo. Estos son los principales factores de riesgo que hacen que una persona tenga más probabilidades de desarrollar cáncer de vejiga:

  • Tabaquismo: fumar es el principal factor de riesgo del cáncer de vejiga (y de muchos otros tipos de cánceres). El tabaco es la causa de, aproximadamente, la mitad de los cánceres de vejiga.
  • Exposición a sustancias químicas: algunas sustancias químicas industriales se han relacionado con el cáncer de vejiga. Entre los tipos de industrias que entrañan un mayor riesgo se encuentran los de fabricación de cuero, goma, productos textiles y pinturas, así como imprentas y otras empresas de impresión.
  • Agua contaminada con arsénico: en algunas zonas del mundo, la presencia de arsénico en el agua potable se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de vejiga.
  • Raza y etnia: las personas blancas tienen el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de vejiga que las personas de otras razas. Sin embargo, los motivos aún se desconocen.
  • Edad: como ocurre con la mayoría de los cánceres, el riesgo de cáncer de vejiga aumenta con la edad. Aproximadamente, el 90 % de las personas con cáncer de vejiga tienen más de 55 años.
  • Sexo y complexión: el cáncer de vejiga es mucho más frecuente en los hombres que en las mujeres.
  • Irritación e infecciones crónicas de la vejiga: los cuerpos extraños que puedan irritar la vejiga se han asociado con el cáncer de vejiga, pero no está claro si realmente contribuyen a él. Entre esas irritaciones se pueden citar infecciones de orina, cálculos renales y cálculos vesicales, así como las sondas vesicales que permanecen en el mismo sitio durante mucho tiempo.
  • Genética y antecedentes familiares: las personas que tengan familiares que hayan padecido cáncer de vejiga tienen mayor riesgo de presentarlo. En ocasiones, los miembros de la misma familia están expuestos a las mismas sustancias químicas cancerígenas, por ejemplo, si uno de ellos fuma en presencia de los demás.
  • Quimioterapia y radioterapia: aunque la quimioterapia y la radioterapia son formas de combatir el cáncer, también pueden causar irritaciones
Diagnóstico

¿Cómo se detecta y se diagnostica el cáncer de vejiga?

El cáncer de vejiga suele detectarse por los síntomas que tiene una persona o mediante pruebas de laboratorio que se han efectuado por un motivo diferente. Por ejemplo, es posible que un paciente se haga un análisis de orina por otros motivos y que se hallen otros resultados anómalos.

En el nivel más básico, se puede hacer un análisis sencillo para buscar sangre y otras sustancias en la orina. El siguiente paso podría ser un estudio citológico de orina, con el que se examina una muestra de orina al microscopio para ver si hay células cancerosas o precancerosas. También se puede hacer un cultivo con una muestra de orina, lo que permitiría descartar si un paciente tiene infección en lugar de cáncer. A veces, las infecciones de las vías urinarias y el cáncer de vejiga cursan con síntomas similares, y las muestras de orina permiten diferenciarlos. En el caso de los cultivos, una muestra de orina se pone en una placa de Petri para que crezca cualquier bacteria que pueda estar presente.

Si se sospecha de cáncer de vejiga, la mayoría de los médicos recomendarán una cistoscopia, en la que el urólogo usará una sonda larga, delgada y flexible con una cámara pequeña y ligera en el extremo (esto es el cistoscopio). Este procedimiento no requiere hospitalización y suele tardar entre 10 y 20 minutos, dependiendo de lo que se esté haciendo. Existen otras pruebas que se pueden realizar usando tintes y otros métodos de captura de imágenes, pero la cistoscopia es el estándar.

Si se detecta un área anómala durante una cistoscopia, se podrá realizar una biopsia para comprobar si es cáncer. Se toman muestras de tejido con aspecto anómalo y se hacen las pruebas necesarias para buscar células cancerosas. El procedimiento empleado para tomar una biopsia de un área anómala es una extirpación transuretral, en la que el médico retira el tumor y parte del músculo vesical a su alrededor. Las muestras, a continuación, se envían a un laboratorio para que busque actividad cancerosa. Las pruebas también pueden mostrar si el cáncer se ha propagado a la capa de músculo de la pared vesical, lo que podría significar que está en un estadio más avanzado (no invasivo frente a invasivo).

Tratamiento

Tratamiento del cáncer de vejiga

En función del estadio de la enfermedad y de otros factores, las opciones de tratamiento para las personas con cáncer de vejiga son intervenciones quirúrgicas, terapia intravesical, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. A menudo, la mejor opción combinará terapias de más de un tipo.

Cirugía

Los tumores de cáncer de vejiga en etapas tempranas suelen extirparse quirúrgicamente. El tipo de intervención más habitual recibe el nombre de resección transuretral (RTU). En este caso también se usa el cistoscopio, mientras que en las intervenciones quirúrgicas se empleará un instrumento cortante al final. Este instrumento cortante se empleará para quitar tejido o tumores, calentando las zonas circundantes para que no haya sangrado. A muchas de las personas a las que se les realizan intervenciones de este tipo pueden irse a casa el mismo día, pero esto depende de cuánto se hayan extendido los tumores.

Si el cáncer de vejiga está más avanzado, puede llevarse a cabo una cistectomía. En este tipo de intervención, se extirpa toda la vejiga (cistectomía radical) o una parte de ella (cistectomía parcial). Si el cáncer se ha propagado hasta la capa muscular de la vejiga, pero continúa siendo pequeño, puede bastar con una cistectomía parcial. No obstante, si el cáncer es más grande y se ha propagado a más zonas de la vejiga, el cirujano probablemente tendrá que extirpar toda la vejiga, así como algunos de los ganglios linfáticos de alrededor, para comprobar si hay metástasis.

Terapia intravesical

La terapia intravesical también se usa en las etapas tempranas del cáncer y consiste en utilizar un catéter para inyectar un medicamento líquido directamente en la vejiga. Se puede usar tanto inmunoterapia como quimioterapia. Ambas terapias funcionan atacando las células cancerosas, pero de forma ligeramente distinta, lo que se decidirá en cada caso particular con el médico.

Quimioterapia

La quimioterapia puede administrarse antes de que se lleve a cabo cualquier otro procedimiento quirúrgico. Puede ayudar a reducir los tumores, lo que a su vez hará que sean más fáciles de extirpar, y permitirá que la intervención sea más segura. Además, puede disminuir el riesgo de que haya recidivas.

Este tipo de terapia se puede administrar en forma de pastilla o por vía IV. La quimioterapia se suele administrar en ciclos, dándole al paciente la oportunidad de recuperarse. La duración total del tratamiento puede ser de varios meses. La quimioterapia también puede estar recomendada después de una intervención quirúrgica para matar todas las células cancerosas que puedan seguir en el cuerpo, pero que son demasiado pequeñas para extirparlas.

Radioterapia

La radioterapia implica el uso de radiación de alta energía para matar las células cancerosas. Es una terapia más selectiva y puede requerir varias sesiones semanales durante varias semanas. Normalmente, es adecuada para tratar el cáncer de vejiga en una etapa temprana, para pacientes con cáncer de vejiga en etapas tempranas a los cuales no puede realizárseles cirugía, como seguimiento de la RTU o de una cistectomía parcial o para prevenir o tratar los síntomas del cáncer de vejiga en estado avanzado.

Inmunoterapia

El tratamiento con inmunoterapia utiliza el sistema inmunitario del cuerpo para atacar al cáncer. Ayuda al sistema inmunitario a reconocer las células cancerosas peligrosas y desencadenar una respuesta más fuerte contra ellas, y puede reducir los tumores o evitar su crecimiento.

Prevención

Diagnóstico precoz y prevención

No hay una forma definitiva de prevenir el cáncer de vejiga, solo hay que ser consciente de los factores de riesgo y adoptar medidas que lo reduzcan, sobre todo si alguien de tu familia tiene cáncer.

La detección precoz también es difícil de evaluar, porque las pruebas de cribado no están recomendadas para las personas con riesgo medio, como sí ocurre con otros tipos de cáncer. Por ejemplo, los análisis de orina pueden ayudar a detectar algunos tipos de cáncer de vejiga en estado precoz, pero no han demostrado su utilidad como una prueba de cribado ordinaria. Hay revisiones de salud generales que incluyen los análisis de orina en los que se puede detectar sangre en orina, lo que puede constituir uno de los primeros signos de cáncer de vejiga (pero no siempre).

Detectar el cáncer de manera precoz es la mejor opción para que el tratamiento tenga éxito; por ello, es importante que escuches a tu cuerpo y acudas al médico cuando algo no vaya como debería.

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