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El análisis de orina: más allá de una simple prueba de laboratorio
El análisis de orina fue el primer test de laboratorio que se realizó en medicina y se ha seguido utilizando durante miles de años. Es una prueba muy importante para obtener información crucial para el diagnóstico, ya que incluye varias pruebas y puede usarse para cribar o ayudar al diagnóstico de enfermedades comunes, como infecciones del tracto urinario, de los riñones, problemas en el hígado, diabetes u otras condiciones metabólicas.
¿Cómo se produce la orina?
El sistema excretor está formado por los riñones (1), los uréteres (2), la vejiga (3) y la uretra (4). En los riñones se eliminan los productos de desecho del metabolismo (como la urea, el ácido úrico, etc), es decir, son los órganos encargados de regular la composición interna del organismo. Además, permiten regular el balance de iones inorgánicos y de agua, controlan la presión sanguínea y secretan hormonas.
La unidad funcional del riñón es la nefrona. Las nefronas son unidades de filtrado independientes, y en cada riñón, hay aproximadamente 1 millón de nefronas, y cada una está formada por un glomérulo (1) donde se lleva a cabo el filtrado de la sangre, un túbulo proximal (2), el asa de Henle (3), un túbulo distal (4) y un túbulo colector (5).
Cuando la sangre llega a la nefrona, entra en el interior del glomérulo, donde está sometida a presión. Esto permite filtrar el agua y algunos elementos. Se forma un líquido procedente del filtrado de la sangre que contiene agua, urea, glucosa, sales, amino ácidos y vitaminas, es decir, la orina.
En adultos, se generan unos 1,5 litros de orina al día, que es transportada a través de los uréteres hasta la vejiga, y se excreta al exterior a través de la uretra.
La muestra de orina
La composición principal de la orina es agua (un 95%) y otros elementos que han sido filtrados.
Normalmente, tiene color amarillo y es clara (sin turbidez). Estas condiciones varían si existe alguna patología. Los elementos que puede haber presentes en la orina son: proteínas en baja concentración, glucosa en baja concentración, cuerpos cetónicos negativos, urobilinógeno en baja concentración, bilirrubina negativa, y partículas como células, cilindros, o cristales en cantidades muy bajas. Puede haber algunos microorganismos.
¿Qué tipos de análisis se hacen en el laboratorio?
El análisis completo de orina requiere una prueba de tira reactiva para conocer la concentración de distintos analitos y un recuento de las partículas presentes en la muestra, lo que se denomina, estudio del sedimento urinario.
El análisis de la tira de reactiva consiste en depositar una pequeña cantidad de muestra en cada almohadilla de la tira reactiva, y tras un tiempo de reacción, podremos conocer la concentración de cada uno de los elementos de la tira: leucocitos, urobilinógeno, sangre, bilirrubina, centonas, glucosa, proteína, pH, nitritos, gravedad.
Según las guías de Uroanálisis, el gold standard para el recuento de las partículas del sedimento es el recuento de partículas/uL en cámara de Fusch-Rosenthal, en orina fresca sin centrifugar.
Actualmente, existen analizadores que permiten automatizar todo el proceso para adaptarse a la carga de trabajo actual de los laboratorios, y mejorar sus flujos de trabajo, siguiendo las recomendaciones de las guías de Uroanálisis.
¿Qué información se obtiene de un análisis de orina?
El análisis de orina permite diagnosticar infecciones del tracto urinario, si hay presencia de bacterias en la muestra de orina. Además, permite mejorar el diagnóstico de enfermedades metabólicas o sistémicas que afectan a la función renal, desórdenes endocrinos, o enfermedades de los riñones o del tracto urinario
Además del diagnóstico de enfermedades, permite hacer un cribado preventivo y detectar enfermedades antes de que aparezcan los síntomas.
También se pueden hacer otras pruebas en orina para monitorizar el efecto de medicamentos en los riñones, para monitorizar el éxito de una terapia y la progresión de enfermedades (diabetes), monitorizar un trasplante, o hacer cribados de usos de drogas.
¿Qué patologías están asociadas al tracto urinario?
- La infección del tracto urinario (ITU), como la cistitis aguda o infección de la vejiga. Si afecta al tracto urinario inferior es una cistitis simple (infección de la vejiga) y sus síntomas son micción dolorosa y frecuente o ganas de orinar. Si afecta el tracto urinario superior es una pielonefritis (una infección renal) y sus síntomas son fiebre y dolor en el flanco además de los síntomas de una ITU baja. El tratamiento en casos no complicados es con antibióticos, y en casos complicados se dará un tratamiento más largo o intravenoso.
- La nefritis glomerular es una enfermedad del riñón, caracterizada por la inflamación de los glomérulos. Si es una enfermedad aislada se conoce como primaria, y si surge como consecuencia de otras enfermedades, es secundaria. Entre los síntomas destacan la fiebre, dificultades respiratorias, edema, pérdida de apetito, problemas de visión, orina marrón, vómitos, presión arterial alta. El tratamiento depende de si es un episodio agudo o una enfermedad crónica. Puede revertirse con dieta e ingesta de líquidos, o pueden ser necesarios medicamentos contra las diferentes causas, incluso, en estadios finales puede ser necesaria la diálisis o trasplante de riñón (si los riñones están trabajando por debajo del 10% de su capacidad).
- Piedras en los riñones o también conocido como cálculo renal. Entre los síntomas destacan: dolor intenso en el abdomen, flanco o ingle, cólico renal, hematuria, sudoración, náuseas y vómitos. Pueden producirse por factores dietéticos, baja ingesta de líquidos, alta ingesta de proteína animal, sodio, azúcares refinados, zumo de pomelo/manzana, hipercalciuria, enfermedades crónicas o algunos medicamentos. Se pueden utilizar como tratamiento algunos medicamentos u ondas de choque para romper las piedras.